Hemos llegado un punto claramente temerario. Un punto en el que cierro los ojos, imaginando sus caricias, sus gestos, ¿Y sí algún día lo olvido? ¿Quién me garantiza que las cenizas de su sonrisa no queden esparcidas en el aire del pasado?
Dicen que cada átomo de nuestro cuerpo, formó parte una vez de una estrella. Quizá no este olvidado. Quizá este hecho carge mas recuerdos a la espalda, que kilómetros recorridos.
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