No hablo de excepciones, sino de realidades, porque "cuando el tiempo nos separa los recuerdos nos consuelan"
El hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Y yo, con este blog, decidí hacerme esclava de mis palabras, y apartar el silencio.


Seáis bienvenidos, seres únicos.







domingo, 14 de octubre de 2018

Un 28 de agosto. En el mar.

No voy a escribirte más, porque sería algo así como no querer aceptar, que donde tú pones puntos finales; yo sigo escribiendo puntos y a parte.
Que al final, todo se resume a eso,  ser el prólogo de una historia preciosa, pero una vez más, sin final feliz. 
Pero, antes de irte, tengo que pedirte algo, y es: finge salir por la puerta, con intención de no volver a cruzarla nunca. 
Procura que no sea primavera, que los bares ya estén cerrados, y que la luna esté apagada y no pueda alcanzarte mi sombra. Procura no dejar nada de tí, con lo que pueda jugar a vestir tu ausencia. Trata de no dejar un "por si acaso" en el rellano. Que no queden cenizas de un "lo que pudo haber sido", y no fue. 
Intenta dejar más de una herida, el arma cargada y un par de balas en el cajón; por si, en algún momento, llego a perder la noción del tiempo, y me da por echarte de más, cuando debería hacerlo de menos.
Retira todas las canciones compartidas, por si me entra la nostalgia al volver a escucharlas. Acaba también con los textos que un día te dediqué, por si me da por leerlos de nuevo, y recaigo. 
Si me rompes, hazlo de verdad, para que sepa también que me has roto las ganas. Hazlo de tal forma, que incluso mi propio entierro, sea lo más parecido a algo como que me estés salvado de volver a caer, pensando en tí. 
Vete, así, con paso firme y seguro. Con intención de no mirar de reojo, y mucho menos, de girar la cabeza. Huye, pero esta vez, sin dejar rastro. 

Yo, por mi parte, prometo tatuarme el dolor de los últimos días, que supongo, no fue poco. 


Y joder, 
que la culpa no es tuya. 
Porque, 
por muy grande que sea la ola,
siempre acabará,
muriendo en la orilla.


lunes, 30 de julio de 2018

Cuando te veo.

Te has llevado una parte de mi. Y yo sigo pensando, que donde mejor me quedas, es cerca. Que el equivocarse y caer, también es parte de la historia. Que las segundas oportunidades son algo así como acudir a mi propio entierro, a dejarme flores. Que el tiempo cura, pero también oxida. Que me resigno a pensar que si soy lo suficientemente importante, encontrarás una forma; y si no, una excusa. Que a veces las cosas no salen bien, porque si duele, no puede ser amor, y menos el de tu vida. Que el equilibrista camina con pasos cortos, y quien lo hace a zancadillas, termina retrocediendo. Que el tiempo y espacio jugaban en contra. Que yo caigo, si tu me esperas. Que una vez me dijiste que sabías que te arrepentirías de pasar página, y yo, convencida, te contesté que soy esa clase de libro que a nadie la gustaría volver a leer; y así nos va. 

No seas tú, porque para mi serías tormenta en un mar de dudas. Porque si te acercas, yo no voy a poder salir ilesa. Que te clavas en mi como espina, y dejas marca. Porque duele el saber que estás, pero esta vez, sin esas ganas de quedarte un rato más. 
Joder, que mis labios te piden que vuelvas en código morse. Analizo con nostalgia lo que no está y nunca quise perder. Y es ambigua la pena sentida a pesar de la alegría pasada. 
Que es cierto eso que dicen de que duele el terminar entendiendo que toda magia implica truco, y que toda vela espera un deseo. Que la corriente arrastra, y el naufrago, termina ahogándose. 

Y es que, cuando te veo, cojo aire y finjo mi mejor sonrisa. Ya sabes que fui más tuya que de nadie. 

Por que, a estas alturas, 
y con el vértigo entre las piernas,
si me preguntaran donde estoy,
yo contestaría,
que aún aquí,
echándote de menos. 



domingo, 17 de junio de 2018

Hoy: tocada, y hundida.

Que difícil es entender que no todos somos el momento perfecto de alguien. Tampoco su casualidad más bonita, ni el tatuaje que les gustaría lucir de por vida.
Que jodidamente difícil es no tener nada que decir, a quien, en su día, te dejo sin palabras.

Algunos son tan de olvidar, y otros somos tan de vivir en el recuerdo. Y que sí, que yo me quedo con lo bonito, con los noventa días más perfectos que nunca antes nadie me ha regalado. Los otros treinta, supongo que, son la cuesta arriba de cualquier historia.
Muchas veces he oído eso de que en los lugares seguros, no se nos enseña a sobrevivir. Que a veces, se necesita un poco desequilibrio para aprender a mantenernos en pie. Me gustaría pensar que esta vez la gravedad está poniéndome a prueba, para ver si soy capaz de no tropezarme contigo de nuevo, y caer, por supuesto. 

Aposté por ti, y yo, en mi línea de ilusiones, me he quedado esperando toda la tarde, a alguien que no tiene la intención de volver. Qué fácil es olvidar aquello que nos consume, y creedme, que no lo digo por mí. Joder, que yo solo quería bailar un poco más, y tu has terminado pisándome los pies. Tu, ti, te, contigo. Así es como conjugas la melodía perfecta para terminar rompiéndome un poco más. Suena irónico eso de que quién un día nos devolvió a la vida, sea quien ahora nos la esté quitando. 


Os juro que me estoy hundiendo, 
y que es cierto eso que dicen de que,
no todo el que se hunde,
consigue salir a flote. 







martes, 29 de mayo de 2018

Dueles.

Ojalá las cosas volvieran a ser como antes. Ojalá presente y futuro, pero conjugados en el pretérito más perfecto y menos simple que jamás he conocido. 
¿Sabes? llevo tiempo preguntándome que he hecho mal, comiéndome la cabeza hasta terminar comprendiendo que ahora ya solo soy diana, para cada uno de tus dardos. Y duele, joder. Que disparas directo al corazón y eso es robar vidas. Que lo haces con tanta fuerza, que atraviesas papel y dejas marcas, pero de esas, de las que parece que no vayan a quitarse nunca.
Y que sí, que a mi ya me han roto, y quizás más de un par de veces, pero esta vez, quien lleva el arma eres tú, y supongo que eso me hace aún más vulnerable. 
Quizás debí preguntarme, que quien coño querría versos, sabiendo que tú ya eres poema. Igual ese fue mi error. 
Sé de sobra, que no te voy a encontrar en nadie, porque todos dejamos huella, y tratamos de cerrar heridas para evitar que escuezan. Pero también sé, que tú tampoco me encontrarás en nadie. No es una amenazada, sino una realidad, de esas que llegan de frente pero tratando de evitar el golpe. 
Yo, voy a dejarte ser feliz, sea conmigo, o sin mí. Porque "amor" es despegarte de quien fue salvavidas, afrontar los problemas cuando ya están aquí, y dejarle el camino libre, por mucho que duela. 

Siempre he pensado que salir corriendo es de cobardes, pero sobretodo, si decides hacerlo por la puerta de atrás.  Supongo que es, porque yo siempre he sido más de quedarme esperando. Y sí, que a pesar de todo, aguanté. Viví creyendo que el "puedo" pudo haber vencido al "quiero", pero no te culpo, porque a veces uno quiere ser epicentro de abrazos, y al final, termina con la soga al cuello. 

Lo que duele, es que los lunes ya no son menos lunes. Que hay canciones que no volverán a sonar en el coche, y que tal vez, termines con un calcetín desemparejado, como metáfora de la vida. Ya no sé si lo que has perdido conmigo es el valor, o las ganas. 
Dicen que a veces es necesario desconectar para volver con más fuerza. Que en determinados momentos nos sobra ilusión y nos faltan dudas. Que a veces, el echar raíces, se nos antoja demasiado pronto. 

Parece ser que Roma, que al revés es amor, se convirtió en ruinas antes de tiempo. 
Algo así como jugar al ahorcado, pero que quien termine ahogándose, sea yo.

Y joder, 
me aferro a la idea de pensar, 
que eres la ecuación más jodidamente perfecta que ha pasado por mi vida, 
pero también,
esa que nunca conseguiré resolver.
Eras tú o yo, 
pero no, 
nosotros. 

viernes, 20 de abril de 2018

(d)escribirte mejor en persona.

"Si yo pudiera darte una cosa en la vida, me gustaría darte la capacidad de verte a través de mis ojos. Solo entonces te darás cuenta, de lo especial que eres para mi" Frida Kahlo.

Ella, aprendió hace mucho tiempo, que no se puede entrar en la vida de alguien, buscando la salida de emergencia. Y de ahí, eso que dicen de que todos los caminos llevan a Roma; pero lo que no sabéis, es que Roma al revés es amor, y amor ahora, es él. Que no sé como explicarle que yo ya no necesito un plan B, que con el A, el "ser y estar" ahora coinciden en tiempo y espacio. Que yo sería capaz de perder el norte una y mil veces, si el sur es algo parecido a tenerle cerca. Que me encantaría seguir siendo sus "buenos días", y sus mejores noches. 
Y que una vez me dijo, que lo que más le haría feliz, sería tener un poco más de tiempo, y creedme, que yo me estoy rompiendo la cabeza por tratar de averiguar que cifra tengo que dividir por la mitad, para conseguir regalarle un poco de tiempo al cuadrado. 

Y es que, ahora mismo, aunque no me diesen a elegir, yo te seguiría escogiendo a ti. 
Porque, tú eres de esos que desprenden magia sin apenas darse cuenta, y encima, luego tienen la poca vergüenza de mirarte de frente y decirte "oye, que yo no estoy haciendo nada". De esos que le dan mildoscientas vueltas a las cosas buscando su sentido más descabellado, y consiguen que lo tenga. Y sobretodo, de esos que sin quererlo, me acaban enredando en sus historias. 

Ninguno de vosotros entendéis mi razón de escribir: hacerlo, y que alguien lo sienta. Que yo soy de esas que odian los gatos, pero mataría por comerte a besos otras siete vidas, si eres tú el que me lo pide. Que a veces, aunque no pueda ayudarte como me gustaría, yo estoy siempre en tu equipo para celebrar cuando las cosas vayan bien, y beber mucho cuando vayan mal. Que mientras no te falles a ti, todo ira bien.
Y dios, todo esto es sólo para recordarte que no se trata de estar siempre a la altura, que tú ya has tocado la cima. Por favor, no pierdas nunca esas ganas tuyas de superación, de demostrarle al mundo que aquí llegas tú, pisando fuerte. Que un boina verde no se rinde,  porque tú ya has escrito el prólogo y unas dos mil trescientas páginas de este libro, y que ya sólo, te queda cerrarlo. 
Pero sobretodo quiero que recuerdes que aquí, la única derrota, se resume en una frase: el no haberlo intentado. 

Por eso, sal ahí,
y demuéstrale a ese coquito tuyo,
que esta guerra es tuya.
Porque para mi,
tu eres la definición perfecta,
de que uniendo todos los puntos,
siempre acabamos pisando la meta.