No hablo de excepciones, sino de realidades, porque "cuando el tiempo nos separa los recuerdos nos consuelan"
El hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Y yo, con este blog, decidí hacerme esclava de mis palabras, y apartar el silencio.


Seáis bienvenidos, seres únicos.







miércoles, 12 de octubre de 2016

Mucho cuento para tan poco lobo.

Venga, vamos a ser sensatos por una vez en esta historia, y admitamos que solo tú y yo sabemos quedarnos mirando como el otro se va. Vamos a admitir que nunca fuimos mucho de velocidades, pero tampoco de frenos. Que siempre nos dijimos las cosas mil veces, por primera vez. Que nuestras caricias también dejan marca. Que Bon Iver no es eterno. Que la poesía es la voz de los mudos. Y que con la mirada también se escucha, y se habla.

Me aferro a pensar en que hemos sido víctimas de un amor a destiempo. El momento inoportuno de la historia que terminó por dejarnos sin aliento. No fuimos capaces de ver el vaso medio lleno, y las casualidades no terminaron por sonreírnos.
Y aquí te tengo, esta noche. Tú eres el único que sabe desnudarme con la mirada. Joder, que ya sé que todos los caminos llevan a Roma, pero solo tus brazos me llevan a donde yo quiero. Que ahora parece que no entiendes que yo no quiero ser con nadie, lo que una vez fui contigo. Que te miro y me veo dispuesta a todo. Y que todavía vuelan las cenizas de la primera vez que incendiaste mi vida.
Aún recuerdo aquel día en el que me enamoré de ti.
Dicen que la magia es aquello que te salva inesperadamente, en el último segundo del descuento. Y eso fue algo que aprendí el mismo día que me cortaste los cabos, y me gritaste, que para que necesitaba cuerdas, que nuestro mundo era de locos. Ese día me enamoré de ti, porque desafiaste los horarios y supiste convertir lo amargo, en algo un poco más dulce. Porque sabes lo poco que me gusta pisar las rendijas del suelo, y dormir echa un ovillo. Porque todo parecía más cálido. Porque aún no sabes la cantidad de sombras que has alumbrado. Porque has sido la llave para solucionar todos mis p(r)o(bl)emas.

Lo que vosotros no sabéis, es que él me enseñó que la cuestión no está en querer hasta que duela, sino hacerlo hasta tal punto, en que deje de hacerlo.
Confieso que la mayor locura que hice una vez por amor, fue quedarme a ver que pasaba. Y esa vez, fue contigo.
Y todo, porque no entendéis lo que es amor. Porque para mí, amor es mirarte a los ojos y echarte de menos aun cuando nos decimos adiós. Es como confesarle al otro, la falta que te hace.

Me asustan estas ganas infundadas de volver a besarte. Explícame que coño hago pensando en tus maneras. Porque eres un imposible que murió sin ser intentado.

Pero hay algo que quiero que sepas:

y es que,
eres la única cicatriz que llevo,
con la cabeza bien alta.


lunes, 22 de febrero de 2016

Cuando olvidas como querer(te).

Yo supe querer, quedarme y caer. Pero admito que, a veces, la remontada es complicada. Porque, quien no ha intentando alguna vez, construir hogares, sobre suelos inestables. Quien no ha vivido de golpe, y sin medir las consecuencias. Quien no le ha sonreído a un tal "cualquiera", para que la destrocen por dentro. Quien no ha sido nunca una chica de "aquí o ahora, ahora o nunca". Quien no ha sonreído mientras todos los pedazos de un mundo colapsado se le venían encima. Quien no ha sido mujer de besos fugaces y despedidas predeterminadas. El vicio de cualquier indeseable a altas horas de la madrugada.
Entre copa y copa, vas disipando problemas, y recuerdas aquello que en tu vida, ya ha pasado a un segundo plano. Y entonces, llega él, con esos ojos verdes, con sus maneras y su forma de comerme la oreja. Y me hace perderme en lo más parecido que hay a un precipicio, su boca. A continuación, me pide que sea sus ojeras de mañana; y yo, como él bien sabe, últimamente termino alimentando con pólvora a todos aquellos que consiguen acercarse a mi boca, y arrepintiéndome después, como si eso fuera a solucionar algo. Como intentando disfrazar al dolor de belleza. Aunque lo cierto es, que es muy triste sentirte como la causa perdida de alguien, que ni siquiera te ha encontrado.
Quien sabe, quizás empiecen a llamarme "mujer a título perdido", o mis ganas hayan tocado fondo, y la sábanas de un cualquiera sean mi mejor refugio.
Duele el tener que esperar a alguien que sabes, que nunca va a llegar. Pero duele más aún, recordar el tiempo que sí lo hiciste, con la certeza, de que ese alguien, jamás volvería.
He conocido a mis mayores errores durante estos últimos meses. Me he convertido en aquello que he criticado toda mi vida. Bendita puta; o quizás, mejor vendida. Vendida a los ojos de cualquiera que le ofrece una copa, o que le susurra al oído lo guapa que está esa noche. Ser la niña de la mirada perdida en ninguna parte. La que se rompió, y a la que nadie quiso recomponer. La del "que importa el que dirán". O a la que el invierno terminó por cobrarla la factura de la falta de cariño.
Y creedme cuando os digo, que es jodido sentirse así.
Porque,
no hay nada mas doloroso,
que el verse reflejado,
en aquello que uno,
siempre ha detestado.
                                        https://www.youtube.com/watch?v=e2BgR5NNc94