No hablo de excepciones, sino de realidades, porque "cuando el tiempo nos separa los recuerdos nos consuelan"
El hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Y yo, con este blog, decidí hacerme esclava de mis palabras, y apartar el silencio.


Seáis bienvenidos, seres únicos.







lunes, 23 de marzo de 2015

Y los daños me pasan factura.

Nadie habla del miedo de pasar página. Dicen que la distancia más corta entre dos puntos es cosa de cobardes. Y así fue como me pediste que me quedara. Porque nos sobraban muchos errores de los que arrepentirnos. Pero admití no estar preparada para darme otra oportunidad.

He medido la distancia en abrazos que te debía.
Y yo, tuve mi táctica. Y solo lo he sabido, cuando en mitad del huracán, he necesitado crear mapas con la piel de tu espalda. Pero, aún así, siempre se me ha dado bien la soledad. Y tú, ya te sabías este vals de memoria.  Porque, en realidad, no eras más que un sustantivo, al creí propio, hasta que me dí cuenta, de que eras tan común como el resto.

Escarbando en cicatrices, y retrocediendo, he aprendido que no es a la tercera, cuando te das por vencido. Porque, sin andar, no hay camino, y sin camino no hay historia, ni victoria, solo derrota. 
Que la magia del naufragio no está en llegar a ser superviviente, sino en aprender a bailar con el vaivén del mar, en mitad de la tormenta, agarrar el timón y aguantar el tirón, enamorarte de la corriente.

Y, por las mil lagrimas por las que sonreí, abro un punto y aparte, para anclar un paréntesis en el pretexto esta ecuación de subordinación perfecta:
"Para los que estuvisteis apuntándome con el dedo, deberíais saber, que sigo siendo yo, la que me pongo la pistola en la sien, y la que decido si apretar o no el gatillo. Que no hay más balas para mi, que las que yo misma fabrico. Y que no tengo más heridas, que las que yo misma me hice, por voluntad propia. Pero, lo bueno de tener el corazón hecho pedazos, es eso, que las balas de los demás, tal como entran, salen."

A día de hoy, vivo en un enfrentamiento adverbial constante, debatiéndome en cualquier lugar, tiempo, por cualquier causa, cantidad, modo, interrogación, afirmación, y después negación. Pero sobretodo duda. Porque, a día de hoy, me han enamorado más palabras, que personas.




miércoles, 4 de marzo de 2015

Te quise por el mundo que trajiste contigo.

He soñado,
He soñado que te ibas para no volver.
Ausencias y desconciertos.
Y que voy a decirte,
aparte de que no era yo, quien dominaba tu sonrisa.

Me enseñé a quererte,
y lo peor de todo,
no fue buscar tu cara en la de todas las demás personas,
sino el no poder encontrarla,
en ninguna de ellas.

He soñado con la necesidad y con las ganas,
y el tiempo pasa como si sonase una canción triste.
Pero aquí sigo,
desbordada de necesidades a las que no les pongo nombre.

He soñado,
queriéndote tanto,
como para dejarte ir.
Y me aferré a todo aquello que tanto dolía,
por miedo a descubrir que dolía más perderlo.

Y decidiste huir,
como si en algún momento del para siempre,
se te hubiese olvidado,
que olvidar no era tan fácil.

He soñado,
en pretérito perfecto simple,
que la poesía es un mentira necesaria.
Y que eras la estrofa preferida,
de esta limitada sinfonía.

Y todo ello,
mientras las horas se paraban al verte pasar.

Pero lo cierto es,
que te esperaría otras seis vidas,
si eres tú el que me lo pide.

                                        https://www.youtube.com/watch?v=kcihcYEOeic