No hablo de excepciones, sino de realidades, porque "cuando el tiempo nos separa los recuerdos nos consuelan"
El hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Y yo, con este blog, decidí hacerme esclava de mis palabras, y apartar el silencio.


Seáis bienvenidos, seres únicos.







miércoles, 30 de diciembre de 2015

Y el cielo lloró esa noche por ella.

Día trece: vuelve. Toda esta ausencia me está matando. Tengo la nostalgia aferrada a cada párpado.

Dicen que para cada historia hay un final, aunque a veces, no es digno. Porque se nos queda demasiado corto si lo comparamos con las páginas anteriores. Y todas las líneas que subrayamos con ánimo de no olvidarlas jamás, un día, dejan de ser la medicina que cura el dolor a un enfermo. Porque querer, a veces, es dejar ir. Hacer un sacrificio por el otro.
Pasó mucho tiempo, hasta que comprendí que el tener que pedirle a alguien que no se fuera, era, porque ya se había ido. Y así fue como la introducción a un inminente final venía anticipándose meses atrás. Porque mientras te clavabas en mi como una espina, yo solo imaginaba lo bonita que quedaría la herida una vez, hubieras terminado la faena. Porque creo, que si te paras a pensarme, y a pensar en todo lo que compartimos, y perdimos por ilusos, te darás cuenta que hay heridas que merecen estar, y quedarse.
A veces retrocedemos. Escapamos. Volvemos. Huimos de nuevo hacia el ayer, porque dejamos pendientes varios abrazos que dar, o es que, quizás, nos estamos precipitando a ser vacíos, sin más. A ser el hueco que alguien hizo cuando nos disparó y no supimos detener la bala sino quedándonos muy quietos, esperando la herida.
A veces, te imagino en bajito, no vaya a ser, que despierte al pasado. A deshoras te describo a lápiz, porque en todo lo que a ti se refiere, siempre fui muy de cometer errores. Y yo muy mía, y un poco tuya. Y la lluvia dándose de ostias contra el cristal, y flores marchitas en tumbas, porque, ¿Qué coño van a hacer con la vida que desprende una margarita?. Yo ya no quiero que me deshojes: "me quiere", "no me quiere", "me quiso". No lo sé. Pero que nadie nunca, se atreva a decirme que tú no eras poesía, porque entonces, yo les diré, que no tienen ni idea de literatura. Porque tú, en invierno, siempre supiste ser primavera.
El otro día me puse a pensar en si me seguirías odiando, y caí en la cuenta de que para hacerlo, primero, tendrías que acordarte de mí. Permíteme entonces excusarme, y es que, hay personas que son exactamente una recopilación de todo lo que nos gusta, y a veces, uno cae.
Y que ridículo eso de pensar que a todos nos querrán de la misma forma en la que nosotros queremos. Tal vez por ello volví corriendo al lugar del crimen, aquella calle donde me lo quitaste todo, para ver si te sentía otra vez.
Y esta noche me quedaré yo haciendo guardia, por si decides volver, y quedarte un rato más.
Aunque la realidad es, que prefiero que te quedes sin tocarme, a que lo hagas, y te cortes. No sé si me explico.

Y es que un día entiendes,
que quien de verdad quiere,
aunque no pueda quedarse,
siempre vuelve.