No hablo de excepciones, sino de realidades, porque "cuando el tiempo nos separa los recuerdos nos consuelan"
El hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Y yo, con este blog, decidí hacerme esclava de mis palabras, y apartar el silencio.


Seáis bienvenidos, seres únicos.







martes, 26 de agosto de 2014

No hay historia sin un prólogo. Ni verso sin ti.

Perdóname, ya sabes que soy una chica de metáforas. Eufemismos disfrazados en los versos que susurran tu nombre entre tanto ruido. ¿Y qué si vivimos entre ilusiones que se ahogan en el tiempo?.  Será por fisonomía, pero estas vendido si se clava en el lado derecho del pecho la flecha de cupido, y duele.
Llámame ilusa, idealista y mentirosa, por venderte una locura así. Ser musa y verso, como escritor al papel o cobarde a vértigo.
Nadie te enseña el arma del delito, ni a romper el mito de las mariposas en tu estómago. Nadie te advierte de los efectos secundarios, ni del peso de la rutina sobre tus hombros. Aprendes a esconder el hacha de guerra en tu estómago, para que no sea él el herido. Explotas tu pecho en un folio, como si pidieras revancha a la vida. Escribes tu propia versión de la historia, y te das cuenta de que no hubo victoria. Ni vencidos. Solo dos corazones vendidos al mejor postor.
Te preguntas porqué la poesía, en lugar de reconstruirnos, nos convierte en las ruinas de la métrica. Y porqué, tú ya no me sacas a bailar, en las ruinas de nuestro desastre.
Pero es que llega un momento en el que te cansas de ver pasar trenes, una, y otra vez. Y quieres que, de una vez por todas, te esperen a ti, y te digan "personas como tú solo pasan una vez en la vida. Y yo. Yo no voy a perderte".