Un beso en la nuca, dos en las mejillas. El nivel de adrenalina en sangre se dispara. Los efectos del alcohol empiezan a surgir efecto.
Baile tras baile. Adoro sus ojos.
Me hecha el humo del cigarro en la cara de manera descarada, un olor que irremediablemente me incita a encenderme uno.
Su corbata azul, hace juego con sus ojos. Me la coloca en el cuello, a la par me susurra "Las flores son las sonrisa de la tierra".
Y el tiempo vuela. Nuestros cigarros se consumen, como las sombras de la ceniza de su pitillo.
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