Mide el peso de tus palabras, aunque en un traicionero juego como este no se mide la cantidad, sino la calidad.
A pesar de ello, lo que mucha gente no sabe es que al igual que cuando ponemos fin a una relación, todas las posibles dudas son enterradas vivas y las promesas que se dijeron se las lleva el viento. El sujeto "nosotros" se vuelve egocéntrico y solo piensa en uno mismo. Los hasta luego se transforman en hasta nunca, los abrazon dejan huella y los besos cicatrices.
Todas las comas son suplantadas por puntos finales que no guardan ni media esperanza de ser un inesperado continuará.
Un mal sueño. Hoy me arrepiento. De lo que és, de lo que no es. Y de lo que jamás será. Hoy te quiero, quizás mañana no piense igual.
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