Intenté buscar una definición para el concepto de "felicidad" pero me ahogué en mi propio vaso de agua. Soy consciente de que la gravedad no actuaba a mi favor, de que cada pista conducía al más duro de los desatinos. Lo sé, la metáfora de la soledad parece ser una clara, pero nunca certera respuesta. Porque admito que en algunas ocasiones la más imprudente de las incoherencias, resulta la más coherente de todas. Juegos de palabras, un escurridizo trabalenguas.
El vino. Las flores. Las velas, y como último detalle, un delicado aroma a jazmín. A veces, de noche, enciendo la luz para no ver mi propia oscuridad. Concepto que me alimenta y abruma, es algo que me quita el aliento, sin permiso alguno, sin más, poco a poco.
Desde hace tiempo me pregunto ¿Que haré ahora? Y aún no he sabido responderme.
Supongo que la sentencia es un amargo postre que se hace esperar, un final inesperado, o quizás una galleta con pepitas de chocolate en una bandeja de plata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario