No hablo de excepciones, sino de realidades, porque "cuando el tiempo nos separa los recuerdos nos consuelan"
El hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Y yo, con este blog, decidí hacerme esclava de mis palabras, y apartar el silencio.


Seáis bienvenidos, seres únicos.







sábado, 8 de diciembre de 2012

"Dime y olvidaré, muéstrame y podría recordar, involúcrame y entenderé."

¿Ganador o perdedor? Aquí viene el dilema que alimenta cada uno de mis movimientos. Cuando no queda nada por lo que luchar, cuando parece ser que aquello que en un pasado te daba esa chispa de vida que te impulsaba a continuar, es lo que ahora te la roba.
No hay nada, ni el más leve rastro de ceniza que me lleve a inspirar la próxima cantidad de aire necesaria para evitar ese final, que tal vez, tú me tenias previsto.
Hablamos del tiempo para no darnos cuenta de lo rápido que pasa, y eso, queridos míos, es tristemente cierto.
El fracaso nos enseña que la vida no es más que un proyecto, un montón de páginas que relatan tú historia año tras año. Imperecedero. Impasible.
"En la vida sólo hay algo seguro, a parte de la muerte y los impuestos, por mucho que te esfuerzes, por buenas que sean tus intenciones: cometerás errores, harás daño. te lo harán a ti y si quieres recuperarte sólo puedes decir una cosa: te perdono. Olvidar y perdonar, es lo que dicen. Es un buen consejo, pero no es muy práctico. Cuando alguien nos hiere deseamos herirle. Cuando alguien nos trata mal queremos tener razón. Sin perdón las cuentas pendientes no se saldan, las viejas heridas no cicatrizan. Lo máximo que podemos esperar es que algún día tengamos la suerte de olvidar."


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