Retenerte en mi mente puede llegar a causarme incluso tanto pánico como el empezar a escribir en un papel en blanco. Lo de que daría yo por una mirada, aunque fuera la más frívola de todas.
Con el tiempo he aprendido que no siempre el que la sigue, la consigue. La persistencia agota, y el agotado renuncia. El continuo tic-tac de las agujas del reloj me ha enseñado a valorar el presente, apartando el pasado y manteniendo una mirada al frente hacia el futuro. Afrontando las dificultades conseguí apreciar la oscura diferencia entre los que se dan por vencidos y los capaces de vencer lo impredecible.
La memoria, como mi capricho insatisfecho. Tus pasos, al compás de la música de fondo. Un cappuchino con canela para endulzar el momento, y que pare el tiempo durante los próximos diez segundos, yo quiero vivir en el momento presente.
"Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos, sin memoria no existimos y sin responsabilidad tal vez merezcamos no existir"
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