Cuando las cosas se tuercen, la agilidad y la astucia se vuelven tus mejores aliados. Los remordimientos no son más que una pérdida de tiempo, son el pasado que te priva del presente.
La carga que soportas es cada vez más pesada, pero tú no te rindes. El pasado es lo que recuerdas, lo que imaginas recordar, lo que te convences en recordar o lo que pretendes recordar, tú decides. Siempre lo has hecho.
Puede que el autor sea el creador de los personajes, aunque me cuesta admitir que ellos tienen vida propia. Tal vez tengamos algo en común, o tal vez no. Todos somos esa efímera luz que en cuestión de segundos desaparece de entre la oscuridad de la noche, la eternidad que en un instante se va. Un amor que aspira más. Una carta sin destinatario ni corresponsal. Un beso en el aire. Un amante no correspondido. Un final sin fin.


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