Dicen que cuando besas a alguien es difícil no hacerlo otra vez.
No puedo justificar mi comportamiento. Ningún sufrimiento está justificado, sobre todo el tuyo. Intentamos buscar las causas del desastre, sin apenas pararnos a pensar en sus consecuencias. Supongo que me gustaría que tuvieras en mente que inicié todo esto con las mejores intenciones, me gustaría que todos vieran lo que les hace especiales, porque el mundo es ciego, y reconocerse a uno mismo supone todo un reto.
¿Es mejor una mañana de arrepentimiento o una noche de soledad? Que le pregunten al destino, parece ser el único con las ideas claras.
Me cuesta reconocer que tal vez ahora no seas más que una fotografía de papel en un baúl de pino, una ráfaga de viento que a su paso dejó numerosos vacíos, esperando a ser llenados con el próximo concursante en este mundo al que me gusta llamar "simple quiniela".
No hay comentarios:
Publicar un comentario