No eres más que un pequeño bache en el camino. Una palmada, dos caricias y un beso al amanecer.
He mezclado en un mismo cajón mis historias, su foto y un plan.
Esa amargo sabor de boca empieza a desaparecer. Hay cuentas pendientes, llega el final del día, el cual espera ansioso para cobrar el alquiler de aquellas largas noches.
Creo que las denominan "malas rachas" como una corriente de agua. Cuando pase la corriente llegará la calma, o seré yo, que vivo con esa esperanza.
¿Seguridad? Lo siento, creo que la dejé olvidada en los otros pantalones.
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