Que ilusos, pensar que tenemos por delante todo el tiempo del mundo, que a la primera de cambio no intentará huir de los problemas.
Ahora o nunca. Habrá tantas oportunidades como estrellas en el cielo, pero no se sirven en bandeja de plata para nadie, supongo que es el precio que habrá que pagar por un simple beso a distancia.
Hay cosas que no se piensan, se sienten.
En la delgada línea del horizonte se confunden penas y perdón. Un refugio para enamorados y un amasijo de recuerdos cuando llega el momento de la despedida.
Trataremos de no perdernos en los bares de la inocencia o dejarnos seducir por el encanto de las miradas.
Para la cinta y rebobina, aún podemos volver a enamorarnos.
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