No hablo de excepciones, sino de realidades, porque "cuando el tiempo nos separa los recuerdos nos consuelan"
El hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Y yo, con este blog, decidí hacerme esclava de mis palabras, y apartar el silencio.


Seáis bienvenidos, seres únicos.







martes, 19 de febrero de 2013

Rue des coquelicots

Me leas o no lo hagas, mis letras, con corresponsal o sin él, reaparecen con tu recuerdo . Porque no hay nada tan satisfactorio para un escritor, como un fiel lector. Como una droga y un tormento para el consumidor. Como un barco de papel para aquel que añora esas largas horas bajo el sol en una tarde de verano. El vino para un Italiano. O una sinfonía para los oídos de un compositor.
La papiroflexia y sus millones de habilidades y salidas. Un compuesto capaz de avivar una llama entorpecida, el vuelo incesante de una golondrina.  Capaz de encerrar deseos y de liberar actitudes.
Me sobra y me basta con mi propia persona, pero me engaña pensar que no me vendría mal cierta compañía.
¿Ves las nubes que cubren hoy el cielo? No son más que vapor de agua pasajero. Hoy parecen cubrir de negro la ciudad, pero te aseguro, que mañana, o dentro de unos días, habrán desaparecido. Lo digo porque es algo así como el amor. Y lo otro también. Y lo de más allá, por supuesto.


                                                            En la calle de las amapolas.

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