¿Cuándo fue la ultima vez que te apasionaste por algo, que te desviviste por ello porque la emoción te consumía?.
Supongamos que existe un quién, y un porqué para poner medida a la sensatez, cada vez que tú estás en un dónde y en un cómo que desconozco. Y comprendí, que hay personas que brillas sin ser estrellas. Y silencios que separan sin ser kilómetros.
Y ella, que buscaba un sentido con nombre y apellidos. Un sentido, que la abrazase por las noches y que no huyera al ver sus cicatrices. Comprendió que enamorarse era tan necesario como respirar. Y que, igual que moría si no respiraba, también lo hacía, pero de distinta forma, si no amaba. Y todo, porque estaba acostumbrada a que las personas, se maquillasen los sentimientos. "Porque si vamos a morir, muramos por alguien que sepa llorarnos", solía pensar.
Que la vida, es tan corta, que no merece perder el tiempo esperando trenes que ya han pasado.
Por que ella, desde que no es ella, es eso, cerrar los ojos. Y no hay entonces visión más clara, ni sentimiento más exacto. Y no hay entonces ni culpables ni crímenes, ni un lugar donde añorar bostezos. Donde las promesas, son promesas, y no condenas.
Decidió cerrar los ojos y pensar que algún día se encontrarían, o se dejarían de buscar. Algún día ,un abrazo haría que no volviera a llegar tarde a ninguna parte. O alguien besaría esas necesidades de las que no hablaba por miedo a que se hiciesen más fuertes. "
A lo mejor escapar no conlleva necesariamente huir, sino que alguien decida quedarse con nosotros", entre suspiros.
"Parece que los martes también pueden ser abismos, donde caer es tan fácil como dejar de querer levantarse. Y, eso, te juro que recorrería cualquier distancia sólo para demostrarte que no nos hace olvidar."
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