El humo inundaba por completo aquella roja habitación. El tiempo pasaba desapercibido por delante de nuestra mirada. Tumbado en la cama mientras yo garabateaba Júpiter sobre el lado derecho de su espalda.
Quizá me lleve tus pensamientos, ya que ahora todo lo que queda son recuerdos. Todo lo guardaré como un tesoro, hasta el próximo desconsuelo.
Por un regreso y por un comienzo, por un miedo que debo afrontar. Porque tu preocupación acaba donde nunca empezó.
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