Deseos, una simple forma de devolvernos la esperanza, una forma mas de hacernos creer en imposibles, tal vez una astuta escusa de comerciantes para vender velas de cumpleaños, galletas de la suerte o billetes de lotería.
La mejor medicina ante las desventuras, aunque he de confesar, que no siempre eficaz.
A medida que pasa el tiempo se acumulan las dificultades, los errores que cometimos empiezan a pasar factura y nos olvidamos de lo que realmente fueron nuestras prioridades.
Somos seres incondicionales, barajar nuestras propias cartas nunca será suficiente como para satisfacernos más que un par de segundos, la tentación juega un papel importante en nuestro día a día.
Me gustaría pasear por las calles perdidas de Londres y aclarar mis ideas, supongo que las agujas del reloj me lo impedirán, una vez más, perdida en sus recuerdos.
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