Es increíble la forma en la que pueden llegar a cambiar las cosas con el paso del tiempo. En un simple abrir y cerrar de ojos pasamos de un extremo de la cuerda al opuesto, una cuerda que poco a poco nos va balanceando y corremos el riesgo de llegar a caer de ella en cualquier momento, pero sabemos que esto en el fondo nos produce un leve sentimiento de satisfacción y no entendemos el por qué.

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