No hablo de excepciones, sino de realidades, porque "cuando el tiempo nos separa los recuerdos nos consuelan"
El hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Y yo, con este blog, decidí hacerme esclava de mis palabras, y apartar el silencio.


Seáis bienvenidos, seres únicos.







martes, 17 de marzo de 2020

Una cuarentena juntos. O dos.

Ojalá pudiéramos pasar esta cuarentena juntos, en mi casa (o en la tuya), o en realidad, en cualquier parte, pero contigo. Seguro que se me ocurriría algo para hacerte sonreír a pesar de todo lo malo que pasa por aquí, aunque fuera haciéndote esas cosquillas que tanto te gustan y escuchando que me digas que soy una tramposa, pero siempre con una sonrisa de esas que me enamoran. Aunque bueno, de piques vamos tu y yo servidos, porque igual te planto una pedorreta en la barriga, que te aplasto en la camita mientras te como a besos, y tú, por supuesto "te haces el muerto".
Podríamos pasar de Netflix una noche, y de esas pelis con final raro que tanto te gustan, e intentar aprovechar el día para cocinar juntos, que me enseñases la receta de tus fajitas, o de tus clásicos espaguetis con tomate. Eso sí, recién salido de la ducha repeinaito, para no perder las buenas costumbres. Incluso, te podría yo enseñar la receta de ese pollo a la plancha que tanto te gusta, pero eso sí, de postre que no se nos olvide comprar lacasitos de colores -y yo me pido los azules-.
Podríamos incluso dar clases de música, que me enseñes como tocar la guitarra; O, incluso, que me la tocarás tú mientras te miro, que ya sabes como de embobada me dejas, porque estoy segura de que las notas suenan mejor cuando salen de ti. Como cuando cantas mientras yo te escucho, y le ruego al tiempo que pare, que yo me quiero quedar así contigo para siempre. 
Podríamos volver a empapelar la casa de Post-it, por si tienes un mal día y yo no soy capaz de animarte. Y esconderte más de uno en el sofá de condesa, que lo echo mucho de menos, y me encantaría matar ahí las horas contigo, los dos, muy cerquita. 
Te podría hasta dejar coger el mando de la tele, para que veas esos programas de fútbol que tanto te gustan, y así, yo me quedo dormida en tu pecho y no trasnochamos, que al final contigo no soy capaz de dormirme temprano. 
Se me ocurre el sorprenderte cada día con un desayuno distinto, que incluya por supuesto Donuts recubiertos de chocolate, y la tanda de besos más especial del día. Total, si hasta que dejas de remolonear tengo margen de sobra para eso. 

Ojala todo esto, 

Y ojalá contigo, 

Ojalá cuarenta días haciéndote feliz. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario