No hablo de excepciones, sino de realidades, porque "cuando el tiempo nos separa los recuerdos nos consuelan"
El hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Y yo, con este blog, decidí hacerme esclava de mis palabras, y apartar el silencio.


Seáis bienvenidos, seres únicos.







viernes, 23 de octubre de 2015

Dedicado a quien te dejó ir: Inspirado en "My Lord, My love" de Anthony and The Johnsons.

Me han dicho, que habían vuelto a verme sonreír, como solía hacerlo antes. Que ya no había muecas rotas en mi rostro. Que parecía que había recuperado la ilusión, como si los cristales rotos se hubieran vuelto vaso, esperando a que alguien, lo llenara de nuevo. Pero que bien se me dan las apariencias. Y el hacer creer a la gente, que es muy fácil juzgar mi interior, solo mostrando la portada.

¿Sabes? Hoy me han preguntado por ti. Y me he quedado callada, pero al mismo tiempo, soltándolo todo en un mueca de "me hace feliz el recordar, lo feliz que ha sabido hacerme. Pero también me provoca dolor, el saber que se ha ido".
El dolor es bueno, me hace sentir que me importaste tanto como de verdad lo hiciste. Y eso no es poco. A veces, me siento como si trataras de sacarme del foso, pero lo único que me lanzas, son sogas. Porque, a día de hoy, aferrarme a tu recuerdo, me salva más que vivir sin él. Y eso es lo que realmente duele.
Ojalá el tiempo avanzara del mismo modo en el que lo hacen los cangrejos, hacia atrás. O las caracolas supieran traerme de vuelta el sonido de tu risa. Ojalá el "why can we just rewind" de Paolo Nutini fuera la respuesta a todas mis preguntas.Ojalá el olor a crepes recién hechos todas las mañanas. Ojalá sábanas naranjas, y pijamas con coronas. Ojalá nos(otros), y no otros.
 Pero entonces, llega la realidad y me pellizca. Despierto con legañas en los ojos, y la mirada perdida en ninguna parte. Como gritando tu nombre en cada esquina, y escuchando el eco de mi propia voz de vuelta.

Una vez te escribí eso de que eras mi devoción de no querer dejar de verte. Y ahora, me has vuelto atea. Que eras mi número séptimo favorito del abecedario, y ahora, he olvidado cómo recitarlo. He dejado de utilizar nuestro icono favorito del whatsapp, para no volverlo mundano con cualquier otro. Y el año que viene, Febrero lo convertirá en bisiesto, aunque supongo, que disimularé no haberme dado cuenta.
Porque, eso es lo que mejor sé me da, disimular. Actuar como si lo que fue, nunca hubiera sido.

y puedo decir,
que por fin,
he entendido eso de que,
para borrar tu recuerdo,
tal vez,
tenga que hacer como Nerón,
y quemar Roma,
hasta los cimientos.

Y ojalá encuentres el amor,
y esta vez,
no tenga punto y final.
Porque, desearle a alguien que sea feliz, aún cuando te duele hacerlo, es una forma de acepar que no todo lo que llega a tu vida se quedará.










No hay comentarios:

Publicar un comentario