Y si diéramos un giro completo a las circunstancias, tal vez, y solo tal vez, la situación hubiera cambiado. Agité con fuerza aquella bola de cristal, y obsevé como los copos de nieve caían lentamente, al igual que sus palabras necias, que se desvanecían entre el caos.
Tan solo le pedí al destino una oportunidad. O a un oportunista. Algo que cambiara en mi campo de visión. Un simple juego de azar que cambiara mi suerte.
Intentas bucear y hay algo ahí abajo que te empuja hacia la superficie. Como un pozo sin fondo o una historia sin fin.
Muy buena la entrada :)
ResponderEliminarUn besito desde: http://elenatorreslazaro.blogspot.com.es/