Quizás es porque empezamos a hecharle en falta. Alejarse de la rutina o caer en ella, es complicado.
Perderse en el tiempo, dulce tentacion.
Una delgada linea que separa la realidad y el destino, un abrir y cerrar de ojos que separa los sueños de la maldita sensación de la monotonía del día a día.
Ahora, pararse a pensar.
No merece la pena. Dejemoslo igual,tal y como nos lo encontramos, en un simple, pero a la vez reconfortante: - seguiremos volando-.
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