Apoya los dedos sobre las teclas del piano, ya nada tiene sentido y tampoco hay porque dárselo, supongo. Poco a poco, dejarse llevar, maldita sensación, me encanta.
Ese olor, me trae recuerdos.
Somos seres débiles y tememos a la soledad, es normal, su sonrisa fue mi perdición ayer, y quién sabe, quizás mañana ya no piense lo mismo.
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