Estoy cansada de repetir la misma historia una y otra vez, lejanas palabras y cercanos susurros, abrazos incondicionales y al final, una oleada de recuerdos desordenados y sin sentido.
El problema con el tiempo es que me hace olvidar momentos que juré recordar toda la vida, porque como él solía decir: -no es lo mismo escribir lo que sientes, que vivir lo que sientes- y cuánta razón tenía.
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