Me dijiste que mirara al frente, que no me preocupara por lo que pasó y que me centrara en lo que pasaba. Que ante todo, supiera esperar, y no perdiera la esperanza. Pero no hay nada más dulce que romper las reglas.
Desgraciadamente, no suelo hacer caso a los consejos de la gente, ahora mismo me arrepiento de lo que paso e intento no dar importancia a lo que pasa. Y supongo que la esperanza la perdí desde el día en el que no supe esperar.
He de admitir que no pude con ello y me derrumbé. Pero volví, puse buena cara y pensaron que todo marchaba bien. Me faltan explicaciones y me sobran las lágrimas. No hay más que decir, todo tiene un final y no siempre salen las cosas tal y como te las esperabas.
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