Cuando llega un momento en el que no tienes nada claro, te planteas miles de cosas, nuevas ideas, nuevos comienzos… A mí me dijeron que lo mejor para esos momentos es olvidarse de todo, dejar la mente en blanco, en un estado de vacio absoluto y ante todo seguir lo que tu corazón te dice. Parece difícil en sí, pero nunca nadie dijo que los problemas se solucionaran a la primera, simplemente vienen y van, como cualquier otra cosa.
Pero los recuerdos siempre permanecen y según la perspectiva en la que lo mires, al fin y al cabo, el recuerdo es el único paraíso del cual no podemos ser expulsados.
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