Yo también he soñado que dormías a mi lado y me despertabas todas las mañanas con un: -Buenos días princesa, que me observabas al desayunar, que me comías a besos a todas horas, que me dabas esos abrazos interminables y que mi ropa olía a ti.
Que andábamos juntos sin rumbo alguno por las calles de Madrid dados la mano, que éramos la envidia de millones de personas, que parecía que aquello no iba a terminar nunca.
Róbame el corazón y prometo no te soltarte jamás la mano.
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