El tiempo pasa factura y sin darte cuenta ves que ya es demasiado tarde para volver atrás, me arrepiento de no haber sido más astuta que él, de no haber llegado a reconocer que no puedo dejar de pensar en 27, que cada segundo que pasa me arrepiento de haber ignorado todas esas miradas, haber perdido tus abrazos, todas esas caricias que nunca llegaron y las palabras que de nuestras bocas nunca salieron.
Tal vez sea el precio que haya que pagar por ser una simple soñadora o por no haber conseguido llegar a alcanzar la perfección.
Hace tiempo descubrí que mi único rival eran mis debilidades, y pelear por mis sueños es la única forma de recuperarme. Dejé de temer la posibilidad de perder, supe que no era yo la mejor y quizá nunca lo sea, pero me dejó de importar quien ganara o perdiera.
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