Picota hoy me ha propuesto un juego, que, por muy tonto que pueda llegar a parecer, me ha devuelto la esperanza. La esperanza de volverte a ver, de reencontrarnos de nuevo después de todo el tiempo que ha pasado. Si te digo la verdad, cada vez que pedía un deseo, pensaba en tí, en tu sonrisa, en esa chispa que tú tienes y que me hace sentir en las nubes.
Parece hasta increíble en muchos casos poder llegar a creer que todos esos deseos llegaran a cumplirse algún día, pero como todos deberíamos saber, lo último que se pierde es la esperanza.
-Claro que sí. Lo leo en tus ojos cuando le miras a la cara, lo noto en tus brazos cuando estás cerca de él. Lo veo en tu sonrisa cuando te dice que se alegra de verte, lo siento en tu forma de andar cuando caminas para verle. Y cuando él te mira, veo como tratas de ocultarlo para que no se dé cuenta de que le quieres, noto como intentas no moverte para evitar abrazarle, leo en tu sonrisa la mentira y siento como aprietas los labios para que no se te escape un “te quiero” Sin embargo, te ocultas detrás del “no creo” porque piensas que es valiente resistirse a la verdad.-Pero ¿sabes? eso es cobarde, es cobarde esconderse detrás de dos palabras. Lo valiente es decir “te quiero” y tener valor para escuchar un “yo no”.
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